martes, mayo 02, 2006

Otro 1º de mayo. O, Entre sueños y fantasías

Parte I- La historia. Chicago 1986

Hoy es un día histórico, nadie lo puede negar. Los trabajadores agremiados del mundo homenajean a los Mártires de Chicago: Parsons, Spies, Fielden, Schwab, Fischer, Lingg, Engle y Nebee. Todos pertenecientes a la Federation of Organized Trade and Labour Union. Fueron condenados a la pena de muerte, por conspiración y asesinato de un policía que murió al explotar una bomba en un acto realizado el 4 de mayo de 1886 en Haymarket Square (poco importaba la muerte de decenas de manifestantes).

El fiscal llegó a pedir al jurado: “Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones”. El 11 de noviembre de 1886 fueron ahorcados Parsons, Spies, Fischer y Engel. Louise Lingg, anarquista, se suicidó en prisión y Fielden, Nebee y Schwab lograron conmutar la pena de muerte por cadena perpetua. Las últimas palabras de Augusto Spies fueron “…..Llegará una época en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que ustedes estrangulan hoy”.

Recomiendo que dediquen un tiempo a visitar el blog http://sepiensa.org.mx/
así como las páginas de la Chicago Historical Society and Northwestern University http://www.chicagohs.org/dramas/,
y de la Chicago Public Library http://www.chipublib.org/.

Tres años después, en 1889, en París, el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista (más conocida como la II internacional), decidió que el 1º de mayo conmemoraría la solidaridad laboral. Paradójicamente, en Estados Unidos y en Canadá, el 1º de mayo se celebra el Law Day, destinando el primer lunes de setiembre, un día sin historia, para el Labor Day.

Es interesante notar que en EUA, la jornada laboral de ocho horas, tuvo que esperar hasta 1935 para ser aprobada, bajo la presidencia de Franklin D. Roosvelt. Increíble es también que en Uruguay, en 1915 (segunda presidencia de José Battle y Ordónez) se promulgó la ley que estableció la jornada laboral de ocho horas, con un máximo de cuarenta y ocho semanales, entre otros derechos de los trabajadores (¿Dónde fue a parar nuestra Suiza de América?).

Los actos del 1º de mayo en todo el mundo, suelen dar lugar a reclamos laborales a los gobiernos, por lo que no todas las personas ven con agrado esas celebraciones, llegándolos incluso a considerar, casi actos sediciosos.

Sin ir más lejos, en este país, durante la dictadura militar, fueron prohibidos los actos del 1º de mayo. Los trabajadores igual se las ingeniaban, acudiendo, incluso a misas especialmente organizadas en esa fecha. No dejaba de ser gracioso ver a ateos y agnósticos entrando a las iglesias y escuchando la misa entera, aunque solamente les interesaba el sermón en el que el cura, casi en clave, decía lo que todos querían escuchar.

Parte II. Los sueños. Montevideo, 1983

El año 1983, fue denominado El año en que regresamos de las sombras, pues, aún en dictadura, se celebró el primer 1º de mayo en diez años bajo la consiga Libertad, Trabajo, Salario y Amnistía. En conmemoración a ese histórico 1º de mayo, Correos de Uruguay emitió un sello, en 1998, que puede apreciarse en http://www.correo.com.uy/filatelia/frames/DiadelTrabajador.htm. A ese 1 de mayo le siguió, en setiembre, la marcha final de la Semana del estudiante, en la que los jóvenes llenaron las avenidas de Montevideo desde el edificio Central de la Universidad de la República hasta el estadio Luis Franzini. La “generación del 83”, como fue llamada, irrumpió sin pedir permiso en la escena pública del país. Y los viejos, entre temerosos y felices, las veredas. Poco después, se clausuró una emisora de radio (CX 30), su director inició una huelga, y el 9 de noviembre, una manifestación obrero-estudiantil en el centro de Montevideo fue reprimida por las fuerzas policiales. Ese año tuvo su broche de oro con el denominado Río de Libertad que se formó desde el Obelisco a los constituyentes hacia la pista de atletismo, desbordando la avenida del Parque, en el acto en que leyó el inolvidable discurso, con su imponente voz, nuestro Primer Actor, Alberto Candeau. Faltaba un año para las primeras elecciones democráticas en trece años.
(http://www.escenario2.org.uy/numero7/1983_schelotto.html).

Parte III. Más de lo mismo. Montevideo y el mundo, 2006

En una tarde fría, nublada y ventosa, a un año y dos meses de la instalación del primer gobierno de izquierda, este 1º de mayo de 2006, se celebró el acto del PIT-CNT, bajo la consigna El tiempo del Fondo Monetario Internacional ya fue, ahora es tiempo de trabajo y de país productivo… Bermúdez, dirigente de la Federación Uruguaya de la Salud, dijo “La oposición está esperando que nos divorciemos del gobierno, y eso nunca sucederá porque esta central jamás se casó con nadie”.

El diputado Lara (Partido Nacional, opositor) notoriamente enojado, elevando el dedo medio de su mano, dijo a la prensa que mientras la central de trabajadores proclama que el tiempo del Fondo Monetario Internacional ya fue, el Presidente de la República toma el té en Washington con Condolesa Rice.

La televisión muestra la imagen del Presidente de Uruguay paseando por Washington, pero comprando libros de arte.

Cadena Nacional de Televisión I, habla un dirigente del PIT CNT.
Cadena Nacional de Televisión II, habla el Ministro de Trabajo, se equivoca al decir que se recuerda la muerte de los ocho mártires de Chicago (en todo caso cinco, si se cuenta el suicidio).

Hago zaping, de nostálgica, nomás, diez minutos de informativo me aturden. En actos de trabajadores, ardieron las calles de Santiago de Chile y alguna que otra ciudad de Alemania. En decenas de ciudades de EUA, los latinos reclaman por la abolición de la ley de migrantes. En San Pablo, Brasil, dos centrales sindicales congregaron dos millones de personas. En Cuba, dicen que ocho millones salieron a la calle, Unidos en defensa de la patria socialista. Turín, cien mil manifestantes. Buenos Aires, Argentina, la histórica Plaza de mayo congregó decenas de miles de trabajadores reunidos bajo la consigna “Que se rompa el techo salarial”, en clara demostración que gobierno y centrales de trabajadores, no están precisamente de romance. En Yakarta, veinte mil policías fueron puestos en estado de alerta, por las dudas. Las manifestaciones obreras siempre son temidas. En Filipinas, miles de personas se reunieron para exigir la dimisión de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo. En Asia, la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, estuvo matizada por la prohibición a manifestarse, anunciada en Camboya y la anulación por temor a atentados en Sri Lanka. Según se dice, los trabajadores camboyanos desafiaron la prohibición y desfilaron por el centro de Phnom Pehn. En París, así como en el resto de Francia, la cosa estuvo un poco pobre en cuanto a asistencia; parece que hay cansancio aún por los meses de lucha para derogar el CNE (Contrat première embauche, Contrato del Nuevo Empleo). Las manifestaciones, con la bandera del triunfo de la derogación del CNE, se realizaron entre la plaza de la República y la de la Nación (convocada por la CGT, los estudiantes y los liceales), en el Mur des federes del cementerio Père Lachaise (convocado por la FO) y en Montmartre, convocados por la CFTC. ¡Lindos los 1º de mayo de París!, tres centrales de trabajadores, lío seguro. Recuerdo mi primer 1 de mayo en París, corría el año 1991, pero esa es otra historia. Me meto en internet, conecto con Le Monde, hoy informó la familia, que el pasado domingo 23, se suicidó saltando de un puente del Sena, a los ochenta y cinco años, Boris Fraenkel, intelectual, y trotskysta. Sigo navegando. El periódico Libération no dicenada sobre la muerte de Fraenkel (¿Debería llamarme la atención?).
A pesar de estar harta (casi aturdida) quiero saber qué pasó en España. Mientras tarareo La Internacional, Conecto con El País de Madrid, y por esos misterios del Internet, desembarco en Buenos Aires. No precisamente en la Plaza de Mayo.

Parte IV. La sorpresa. O no todo está perdido.

Bradbury deslumbra al público argentino con sus reflexiones sobre la novela
RAQUEL GARZÓN, El País, 1 de mayo de 2006

El 'rey' de la ciencia-ficción 'visita' la Feria del Libro de Buenos Aires y anuncia tres obras.


No baja del millón de visitantes desde 1999, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires enciende el otoño suramericano. Mientras dura, la ciudad se transforma: los programas de radio transmiten desde allí y los escritores saltan a la televisión. Familias enteras (¡con mascotas de peluche incluidas!) disfrutan hasta el 8 de mayo de la 32ª edición con la tecnología como aliada. En uno de los actos más celebrados, Ray Bradbury, patriarca de la ciencia-ficción, fue teletransportado recientemente en la primera videoconferencia que ofrece la feria argentina y anticipó la publicación de tres novelas nuevas.

Trescientas personas vieron su sonrisa triplicada en tres pantallas gigantes, pero el mayor aplauso se lo llevó la fervorosa ocurrencia del autor de Crónicas marcianas (1950), quien a los 86 años anticipó tres novelas y expresó su fascinación por la ciudad con un "volveré y les haré el amor a todos ustedes".

Basta proponer un tema -¿la carrera espacial?, ¿Internet?, ¿el cine de John Houston?- para que Ray Bradbury (Waukega, Illinois, EE UU, 1920), tertuliano nato, teja como un prestidigitador una historia memorable en Los Ángeles (donde vive) o en la Luna (a la que sostiene que el hombre debe volver). "¿Y por qué no nos cuenta cómo llegó a publicar Fahrenheit 451 -la escalofriante antiutopía de una sociedad en la que los bomberos extinguen libros- en pleno macarthismo?", animó en la sala Gabriel Guralnik, experto en ciencia-ficción y co-conductor de la entrevista junto al editor Marcial Souto, responsable de la segunda época de Minotauro y traductor de Bradbury. Nada más hizo falta para que el escritor desempolvara su encuentro con Hugh Heffner: "Vino a verme un muchacho en 1953 que quería hacer una revista y me pidió cualquier historia que pudiera comprar por 300 dólares. 'Tome esta que nadie quiere publicar', le dije, y así es como todos los jóvenes del mundo están en deuda conmigo por haber contribuido con el nacimiento de Playboy", contó.Autor de culto en todo el mundo, mientras esto sucedía en Buenos Aires, en España, Bradbury era galardonado con el VI Premio Reino de Redonda, "por sus extraordinarias narraciones fantásticas, en las que confluyen una inventiva tan original como poética, un profundo talante humanista y un desacostumbrado romanticismo". El fallo de la editorial Reino de Redonda del escritor Javier Marías destacaba el talento del autor de El hombre ilustrado (1951) para "crear verdaderos mitos modernos y lanzar acertadas visiones de un futuro a menudo amenazado por el riesgo totalitario que trae consigo la idolatría de la técnica deshumanizada". El reconocimiento, que se dio a conocer hace una semana, suma el nombre de Bradbury al de una selecta dinastía de duques artísticos (escritores o cineastas en lengua no española) iniciada en 2001 e integrada ya por Alice Munro, John Michael Coetzee, John Elliott, Claudio Magris y Eric Rohmer, ganadores de los años anteriores.Un viaje literario.

Entretanto, en Buenos Aires, lectores de todas las edades disfrutaban de su hora con Bradbury (exactamente eso duró el encuentro) y se revolvían en sus asientos anticipando el milagro de futuros viajes literarios. Aunque con grandes dificultades físicas (tiene parte del lado izquierdo del cuerpo paralizado tras dos derrames cerebrales), Bradbury sigue escribiendo y anunció esa tarde tres nuevas novelas a publicarse en el curso del próximo año. La primera de ellas, anticipó, saldrá en octubre y es Adiós estío, la segunda parte de El vino del estío (1957). Otra, En algún lugar toca una banda, contará la llegada de un hombre a un pueblo de inmortales y su amor "por una mujer que luce de 37 años pero tiene 150". "Empecé a escribirla hace 30 años para Katharine Hepburn, pero ella se aburrió de esperarme y murió. Creo que habría estado estupenda en el papel", aseveró el escritor, pensando ya en imágenes y rindiendo homenaje a otra de sus pasiones, el cine, para el cual ha trabajado como guionista en varias ocasiones. La tercera novela en cocción es Leviatán 1999, "algo así como Moby Dick en el espacio exterior", resumió, siempre inspirado, el autor.

"Imaginación, entusiasmo y falta de miedo a las emociones" caracterizan para Souto la obra de este "maestro viviente". "Lo que leemos en sus cuentos lo vemos, lo olemos... Su literatura apela a todos los sentidos", afirmó. Bradbury cree que la ciencia-ficción es un alimento para la imaginación altamente recomendable para niños. "Lo bueno de ella es que trabaja con metáforas y mitos, como los griegos, y a todos nos encantan esas historias. Gracias a un libro de Edgar Rice Burroughs y su serie de John Carter, yo conocí Marte a los 10 años y jamás volví", ejemplificó. Para los jóvenes escritores también tuvo palabras de luz: "He escrito todos los días de mi vida desde hace 80 años. ¿El secreto? Estar enamorado de todas las cosas. Nací como amante, así he vivido y moriré. Hay que enamorarse y permanecer enamorados. No escuchen nada que no sea su corazón y sigan ese camino. Si alguien no cree en ustedes y su futuro, apártenlo. Sean intensos y apasionados. Hagan eso y tendrán una vida feliz".
Corolario. La imaginación al poder.

Sé que está demás está decirles que soy una mujer de la Generación 83, la que irrumpió sin pedir permiso en las calles de Montevideo en aquella primavera histórica, con los sueños a flor de piel y la esperanza en el alma. Saben ya que me jugué todas mis fichas a la libertad, la justicia y la solidaridad, abandonando mis fantasías infantiles adolescentes. También, que me fue muy mal en eso, como a tantos otros (aquí y en el resto del mundo) que quisimos otro orden de las cosas. Por eso es que hace muchos años que dejé de ir a los actos de los 1º de mayo, a pesar de seguir siendo una trabajadora (ojalá viviese de rentas). Eso siempre me genera cierta culpa, tal vez por pertenecer a una generación que creyó en ideales y abrazó banderas, o, quizás, por no haber aún dejado de ser todo lo disciplinada que fui (y juro que fui todo lo se debía ser).

Entre nostálgica e irónica, suelo vivir los 1º de mayo, incluso más de uno que me tocó pasar en Europa. Y éste, de 2006, no es una excepción.

Pero, por suerte, apareció Bradbury, cual conejo de una galera, para mostrarme que las buenas nuevas no tienen día ni hora. Quién mejor que este octogenario que me acompañó toda mi adolescencia, para sorprenderme y ratificar que existe otro mundo posible, aún dentro de éste real, tan agresivo y contradictorio.

Por Bradbury, hoy me voy a dormir como si fuese un Quijote, abrazando mis sueños, tan lejos de mis veinte años, tan cercanos a los de mis quince. Tan lejos de las mentiras, tan cercanos a lo mejor del ser humano.
...Si alguien no cree en uds y su futuro, apártenlo. Sean intensos y apasionados...

Quizás por eso los laberintos de mi memoria me lleven nada menos que a Silvio Rodríguez (al Partido, ¡Salud!), que por lo menos una vez en su vida, en el 79 en Oslo, a pesar de tener que cantar en un acto revolucionario (Sí, en Oslo) compuso una canción tan humana como cualquiera de nosotros, los pertencientes a la Generación del 83. Más viejos, más cansados, pero, por sobre todo, siempre humanos.

Hoy mi deber era
cantarle a la patria
alzar la bandera
sumarme a la plaza
Hoy era un momento
más bien optimista
un renacimiento
un sol de conquista
Pero tú me faltas,
hace tantos días
que quiero y no puedo
tener alegrías
Pienso en tu cabello
que estalla en mi almohada
y estoy que no puedo
dar otra batalla

Hoy yo que tenía
que cantar a coro
me escondo del día
susurro estoy solo
Qué hago tan lejos
dándole motivos
a esta jugarretac
ruel de los sentidos
Tu boca pequeña
dentro de mi beso
conquista se adueña
no toca receso
Tu cuerpo y mi cuerpo
cantando sudores
sonidos posesos
febriles temblores
Hoy mi deber era
cantarle a la patria
alzar la banderas
umarme a la plaza

Y creo que acaso

al fin lo he logrado

soñando tu abrazo
volando a tu lado.