A la casa de Faulkner se llega por muchos caminos, pero el más interesante es a través del bosque. Se inicia el recorrido en los museos ubicados en la University Av. y desde allí, unos kilómetros entre la más espesa naturaleza hasta el claro. A la izquierda, el fondo de la casa, con su césped recién cortado, oliendo a magnolias.
Majestuosa, sureña, repleta del misterio que es imposible no sentir, ¿será posible que ahí habitó semejante genio y vagaron sus brillantes ideas?